Ya van Rucio y Rocinante
por los caminos rodando
y el Teatro llevan a lomo
en su trotar trepidante.
Rocinante va contento
y Rucio muy entusiasmado
con sus sendos escenarios
por parajes mexicanos.
“¡Rucio, amigo!”. “¡Rocinante,
mi cómplice temerario!”
Piropos se van mentando.
¡Compañeros de combate,
Rocinante y Rucio, heraldos
del magno Teatro y del Arte!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta y Participa